miércoles, 22 de junio de 2016

Grafeno más efectivo y más limpio

     Aranzazú Heras y Álvaro Colina, dos profesores de química analítica de la Universidad de Burgos, han logrado, con su grupo de investigación y en colaboración con la empresa Dropsens, eliminar gran parte de los defectos que se crean al fabricar el grafeno y demostrar simultáneamente que ese proceso ha tenido lugar. «Lo que hacemos es que según estás quitando esos defectos, a la vez estamos midiendo y sabiendo si lo tenemos recuperado, es decir, cuántos defectos hemos quitado y cómo está ese grafeno», asegura Heras. El gran avance que han conseguido es recuperar ese material de un modo sencillo, limpio y sobre todo efectivo.
     Heras y Colina se conocieron haciendo la tesis doctoral bajo la dirección del también profesor Jesús López Palacios, con el que empezaron a trabajar una nueva línea de investigación en Burgos casi pionera en España, la espectroelectroquímica. «Consiste en combinar la espectoescopía, cómo interacciona la luz con la materia y la electricidad con la materia a la vez, que es lo que al final hemos aplicado al grafeno en nuestra investigación», apunta Colina. Empezaron en el año 1996 y 20 años después están recogiendo los frutos de esa apuesta que hizo López Palacios.
     Las propiedades extraordinarias que tiene el grafeno son que conduce muy bien la electricidad y el calor y al ser tan fino es casi transparente. Pero uno de los problemas que hay es su propia fabricación. Es muy difícil hacerlo en grandes cantidades. La forma más sencilla de hacerlo es coger grafito y despegar las hojas del mismo.
     «Lo que pasa es que cuando haces ese proceso químicamente se obtienen hojas bastante grandes conductoras, pero se crean defectos en la superficie, y el material no tiene ni la misma conductividad, ni la misma transparencia. Pierden propiedades».
     Hasta ahora lo que han descubierto es que pueden modificar esas propiedades para quitarle los defectos. «El objetivo claro es tener grafeno de buena calidad, en nuestro caso de análisis, pero la cuestión es hacerlo de una forma lo mas eficiente, limpia y que no te lleve mucho tiempo saber si lo has conseguido», asegura Heras. Con esto se consigue además un gran ahorro de tiempo y económico, al no utilizar técnicas excesivamente caras.
     Gracias también a la empresa asturiana Dropsens S.L., con la que llevan colaborando varios años, iniciaron esta investigación porque les sirve para fabricar nuevos electrodos con nuevas propiedades que ellos puedan comercializar. «Con esto esperan vender el grafeno que estamos haciendo», incide Colina.
     Por otra parte el grafeno es un material tan novedoso que algunas teorías que se publican no son demostrables. «Hay que crear una standarización. Seguramente se llama grafeno a una cosa que serán cientos de tipos de grafeno.Y ahora estamos intentando descubrir qué diferencias hay entre todos esos grafenos diferentes, que son los que van a servir para hacer mejor un análisis de una cosa o de otra porque no está, digamos, regularizado», concluye Colina.




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